miércoles, 23 de diciembre de 2015

THY ANTICHRIST: DEL MAL A LA REPRESENTACIÒN MUSICAL


Por Òscar López [1].


…”Jamás me veo en los consejos de cristo”
-          Rimbaud.

“¿Dónde está tu Dios?” es una cuestión que ha llevado al hombre a fundar doctrinas, a establecer paradigmas y dirigirlo a planos indeterminados tal como los del mito; una duda que hace al ser, al definirlo en el antes de la nada, al moldearlo en su necesidad existencial, pero más allá es el horizonte de un pensamiento tanto colectivo  como interiorizado. “¿Dónde está tu Dios?” es la introducción temática, musical que emprende la banda colombiana Thy Antichrist al desentrañar de los límites del vacío la justificación del hombre, la existencia, la muerte y la incertidumbre del tiempo.

Liderada por Andrés Vargas (Antichrist 666), en el ámbito musical ha forjado su huella y a diferencia del mercado como de bandas ha conseguido equiparar un lenguaje. Dentro de una estética lírica que abarca las fronteras poéticas, hacia una reflexión filosófica, como el tatuaje inherente de su pintura facial- corporal al compactar con la tragedia teatral, una tragedia llena de convicciones, de perspectivas, de oscuridad, de fatalidad en el acto inconcluso del hombre con la vida.

La levedad instrumental se hace palpable al contacto con los sentidos, porque no acudiendo al tecnicismo exacerbado la armonía es un clamor de un inconsciente; unas composiciones directas, llenas de voces arquetípicas que respiran a la interpretación de su música, en contacto con una voz trémula que pliega a revelar en las ondas unos testimonios que viajan al interior de lo desconocido y desembocan en hórridas visiones. La atmósfera del trágico y existencialista Black Metal evocado desde un conjuro poético.

Decía Schopenhauer que “El propio individuo se declara la guerra así mismo” y con Thy Antichrist vemos evidente el grito ante la suerte, ante la percepción de un destino que atañe y confirma al hombre en sentido del vacío, es en su discurso escrito: “Porque está escrito que ser humano es ser una víctima del tiempo… y quizá un recordatorio imborrable dentro de una lápida de piedra sobre la tierra”, claro en la medida simbólica, un tiempo que recae en nosotros como la cumbre de un Sísifo y más allá convertido en preocupación, aun, evidenciando el manejo cuestionado de asuntos que corroen los días, la banda se establece en levantar una aproximación a la fatalidad, al hecho de negación por medio de la aceptación en la vulnerabilidad del ser con la pregunta y reflexión, y es ahí el estadio donde comprendemos la suerte de un camino desdibujado , subyugado a un absurdo, forjado un puente entre vida y nada, siendo en palabras de Baudelaire “Cuando el cielo caído pesa como una losa”.

Fue con Nietzsche donde se manifestó el hecho del sufrimiento al valor de la creación, la naturaleza de un dolor inconsciente transmutado en ideas y pensamientos. Fuente donde ésta banda colombiana logra beber aguas amargas para mostrar una hipóstasis del hecho, un centro donde muchos se pierden por ahogamiento, y en palabras de la agrupación: “Olvidado es el hombre en el inevitable camino de su destino”, desajustando la posición de la simple razón pues Thy Antichrist es más que una articulación de signos escritos, es el influjo de una ritualística musical en que la instrumentación se desvía para transformar al hombre en sensación, un lenguaje sonoro que exterioriza el valor y el dolor armados en el sufrimiento existencialista. Imprescindible de igual modo es la influencia tomada, con una herencia filosófica, literaria y ocultista, cada elemento se encasilla para dar conocimiento a la banda junto con su interioridad; en caso primordial la existencia como objeto y fin, ya que ella convierte al hombre en objeto y medio, en la manera de trascender los nombres de la nada, en el tiempo y espacio contraponiendo las delimitantes del hombre hecho carne y aseverando por una libertad basada en incertidumbre.

Caso concreto es la perspectiva de los pensadores existencialistas donde afirmaban que el hombre es un ser para la muerte, pero aun en esa tentativa se le da preponderancia al ser por el hecho en sí. Con esto, recobrando a uno de sus representantes, Jean Paul Sartre con su texto, “El existencialismo es un humanismo”, nos dice: “El hombre es el único que no sólo está como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él hace”, un fundamento radicado en la representación del ser en comunión con el mundo y en definitiva en la afirmación del descontento por ese mundo, llevándolo a ámbitos de individualidad para así acomodarse con convivencia consigo mismo.

Y ante todo el cúmulo de perspectivas en este campo de profundos enigmas, extraemos la presencia ocultista que toma Thy Antichrist en primera mano. Es acá donde me es fundamental citar una de las características propias entre la unión Poesía  - Metal de un modo original pero ante todo definido. Convengo en resaltar el valor ideal de la poesía de Héctor Escobar Gutiérrez con la magia y el ocultismo. Es en esa invención poética donde asistimos a un ritual de ámbitos desconocidos, de trascendencia y en especial a una referencia polisémica en los campos de dioses sin rostro, dioses figurados al interior de una imagen llamada hombre. Thy Antichrist, tomando la alianza del poeta maldito colombiano se encoraza en el Mal y sus testimonios. Canciones como “Entre dios y el diablo”, dicen: “Tú eliges entre el bien y el mal… dios y diablo… ellos están dentro de mí”, como “Luz negra de Satanás”, en que se ansía: “Ávido por encontrar la misteriosa fuente de la luz oculta”, certifican el carácter y posición de la banda ante un concepto socialmente invertido, tomando por vía una naturaleza transgresora común a las palabras del poeta.

Con la canción 6.6.6 del álbum “Testimonios Malditos” -“Wicked Testimonies” se identifica la hermandad solida al conformar palabras heréticas, referido a lo que yo podría decir una primera huella del poema Pórtico 666, incluido en su libro inédito “De los Mitos y otros poemas” del escritor Héctor Escobar, visto de esta manera:

THY ANTICHRIST: 6.6.6

Desde lo profundo de mi cueva te hablo
Y mi guarida es tu alma, yo soy el diablo.
Soy satanás, la bestia, el anticristo
Aquel que golpea a Dios con su flecha.
Desde lo profundo de mi cueva te hablo.

La hora menos esperada, será mi hora.
Porque soy yo y no dios, quien debes adorar
Por lo tanto, el final del hombre he previsto
“porque aquí la maldad se incrementa”
Y se adorna ella misma.
La hora menos esperada, será mi hora.

Lanzaré mis legiones sobre el mundo
Perversos arcángeles con las hachas.
Arderá la esfera nocturna
Arrasando del orbe, sus regiones.
Lanzaré mis legiones sobre el mundo.

Aflicción, odio, horror, serán mi trilogía.
Yo siempre he sido el único, que no es alegórico
Disfrutarán mis taciturnos ojos
Cuando el hombre se esté hundiendo en su agonía.
Aflicción, odio, horror, serán mi trilogía.


HÉCTOR ESCOBAR GUTIÉRREZ: PÒRTICO 666.

Desde el fondo de mi caverna te hablo
Es decir, desde tu alma, soy El Diablo.
La bestia reencarnada, el Anticristo
Aquel que punza a dios con su venablo
Desde el fondo de mi caverna te hablo.

Pronto, muy pronto, llegará mi hora
Es a mí y no a dios a quién se adora
De esta tierra el final está previsto
Porque aquí el mal acrece y se decora.
Pronto, muy pronto, llegará mi hora.

Lanzaré sobre el mundo mis legiones
Arcángeles perversos con hachones
Incendiarán los ámbitos nocturnos
Hasta asolar del hombre sus regiones.
Lanzaré sobre el mundo mis legiones.

Ira, odio, horror, serán mi trilogía.
Siempre he sido el que soy, no alegoría
Se alegrarán mis ojos taciturnos
Al ver a cristo hundido en su agonía.
Ira, odio, horror, serán mi trilogía.

Aunque la poesía sea en si una musicalidad propia, su articulación entre la banda y el poeta no satura las composiciones de un soneto posterior profesionalmente logrado, en si funda la alianza fantástica al llevar a cabo una voz interior, acomodada en un horror lúcido al transgredir cánones establecidos, esculpiendo lo que será artística y de convicción honda, el elogio satanista en la encarnación, en verbo y en pensamiento. Consiguiendo dar preponderancia estética a un lenguaje estigmatizado por la moral en toda órbita: El mal en toda su representación, el Mal en el diablo, el Mal en la magia, el Mal en la muerte, pero en más fortalecimiento el Mal en palabras de Héctor Escobar: “No es la mala acción lo que determina el mal, eso son sólo faltas sociales que los códigos se ocupan de condenar… El Mal es otra cosa, el Mal es una pasión del alma… la actitud definida del espíritu satánico”.

Es con Thy Antichrist donde consolidamos las sendas de una búsqueda hacia un conocimiento catalizador muchas veces mágico, en otras cabalístico como místico o enigmático, hallando la desembocadura de la muerte ligada a un ciclo del aire, ya que en paralelo para Georges Bataille: “El Mal… como la muerte es la condición de la vida, el mal que se vincula en su esencia con la muerte es también, de una manera ambigua, un fundamento del ser”, siendo tal unión ineludible en letras, en música como en actitudes de testimonios y discos malditos creando imágenes que intercalan las metáforas del tiempo, las lágrimas y las espinas en un espacio destruido. Es con ello que se da una prefiguración Dantesca al enunciar el horror en su canción “Destruction Times”: “Dentro de  escalofriantes visiones mis sangrantes ojos ven un mítico cielo en llamas”.

Con la identificación transgresora que lleva a blasfemar de manera crítica y objetiva la moral cristiana, Thy Antichrist se influye en el trasfondo del género tanteando cuestiones inherentes al mismo hombre; indudable es el hecho de voluntad distintiva al no recaer en la trivialidad lírica ni mucho menos en el conductismo monótono musical. Es por eso, que llevando la simbología de quizá una fuerza simultánea, la magia en la orbe de la poética y la muerte en los puentes de la existencia, Thy Antichirst convierte un pedernal en cruz invertida y erigiendo los cuernos a un alto crispado, afirma el satanismo como el Mal entre nosotros representativo.




[1] Estudiante de Licenciatura en Lengua Castellana de la Universidad del Tolima.

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