La contundencia y la firmeza son elementos determinantes en lo que comprende la musicalidad dentro del metal extremo. HEDOR, banda ibaguereña liderada por Alejandro Rodríguez y Nelson Socha, con un trayecto respectivo de 10 años, es uno de los más significativos ejemplos sobre las bases de la línea del Death Metal; llevando a cabo un inventario fuerte de producción discográfica (1 demo, 1 EP y dos discos de larga duración) junto a una vasta lista de fechas y giras alrededor de Sur américa, es un fiel exponente del Metal representativo contemporáneo.
Desde el Jailer Of Mankind, podemos percibir una banda ya desligada de influencias, equiparándose bajo un sonido propio y un lenguaje inherente, esta cuarta producción llega a convertirse en el refinamiento del mismo grupo; una perspectiva más trascendental enfocada desde las vías de la estructura como de la perfección, no dejando de lado la fuerza y la esencia que determina esta máquina, desde que lanzan un disco o cuando arrasan al momento de presentarse en una tarima, sin dejar virtudes o idealismos triviales sueltos.
Pasando por el Redemeer´s ´Persecutor o el Reconquering The Throne, evidenciamos un carácter a profundidad, la naturaleza destructiva con que van cada minuto los temas se ven relacionados con la transgresión que se exalta por medio de las letras, por eso, ante la cordura de un oído, este álbum se enmarca para oyentes y aquellos pertenecientes a las filas del verdadero, directo y decisivo Death Metal. Cautivos del conjuro con que envuelve esta secuencia demoledora, se desgarran invictos el Carnal Warfare y el Master of the Future (outro), para dar un final lleno de brutalidad y contenido contundente a lo que requiere el deleite del oyente. No sin antes dejar una premisa sobre el receptor, la muestra de uno de los ponentes más fuertes actualmente en Colombia y que, junto a su venablo en mano, volver a punzar sobre el espíritu y el pensamiento del débil y resignado.
Òscar Lòpez. "MALDOROR".
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